Ā”Ni en nuestros mejores sueƱos hubiĆ©ramos imaginado que a una hora y cuarto de Madrid hubiera existido un lugar tan increĆble! Por un momento, parecĆa que estĆ”bamos en Nueva Zelanda.
Beatriz y David, los anfitriones, superamables e inmejorables: siempre pendientes de nosotros.
En principio, Ćbamos a ir cuatro personas, lo hablamos con ella y nos acondicionĆ³ la casa para que nos pudiĆ©ramos quedar a dormir seis.
Tiene una parcela preciosa. La propia urbanizaciĆ³n tiene un puerto desde el que salimos navegando con la tabla de paddle surf, una de ellas nos la proporcionĆ³ Beatriz.
La verdad es que nos facilitaron mucho la vida.
TambiĆ©n, quiero hacer menciĆ³n especial a lo limpia que estĆ” la casa y la luz que tiene.
En resumen: la casa es increĆble y el entorno espectacular. Repetiremos con certeza la visita a la casa de Beatriz y David este verano.