No suelo dejar mi opinión de los sitios en los que me alojo: demasiada pereza, supongo. Pero tengo que hacer una excepción: en primer lugar, la casa estaba decorada con gusto, impoluta y equipada hasta el más mínimo detalle, y si aún así necesitabas algo, pedirlo y tenerlo era todo uno. Como la casa se divide en dos plantas independientes, cada una con su salón y su cocina completa, apenas notas que compartes la casa con otros usuarios, y la habitación era amplia y confortable. Nosotros viajábamos con un niño pequeño y él estaba encantado en el jardín, con su casita de juegos y su caracol de juguete. La piscina de adultos, de agua salada y con ducha solar de agua caliente, una delicia. La ubicación es buena si te gusta la naturaleza, con el parque natural de Monfragüe a un paso, y la ciudad de Cáceres, preciosa, a 45 minutos. Pero ya la atención por parte de los dueños es fuera de serie. Tanto antes de llegar, gracias Carmen, como allí mismo, gracias Fran. Os puedo asegurar que trataremos de volver, y os recomendaremos a quien viaje por la zona.